
Cábula Raza
Proyecto
Estética de la rudeza
Ubicación
Galería Diéresis, Guadalajara, Jalisco
Instituto de Artes Gráficas Oaxaca (IAGO)
Museo de Arte de Querétaro
Año
2013
Diseño
Francisco Morales
Pedro Andrés
Estética de la rudeza
El proyecto lo detona la introducción a la cultura del tatuaje penalero y se amplía con el silencioso y esquivo lenguaje que es el abecedario visual con el que se comunican los reclusos entre sí. Sin embargo, la propuesta no está dirigida al tatuaje en específico o a las condiciones de vida de un ser humano en reclusión. El propósito es enaltecer y poner en valor los procesos creativos en un ambiente tan restrictivo, donde la realidad, si la traduces a otros lenguajes, deja al lado la rudeza y genera la fuerza para poner de relevancia lo que antes ignoraste, resultando así una más aguda carga expresiva y en consecuencia una mayor densidad emocional.


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Reflexiones para arreglar al mundo con un alambrito
El título del proyecto se inspira en el concepto aristotélico de la “Tabula Rasa” (borrón y cuenta nueva), convirtiéndolo, en un hallazgo de una extraordinaria coincidencia fonética, en “Cábula Raza”. Esta expresión hace alusión a las estrategias de sobrevivencia que permean la vida en situaciones de marginación, donde cada día, como lo indica la noción original, se parte de cero en una lucha que demanda de ingenio y una popular malicia “cabulera”. (De acuerdo a su interpretación más generalizada, cábula es “una persona que, a través de ardides, mañas está dispuesta a conseguir lo que se propone”.) Andar de cábula, entonces, es una filosofía de vida que forma parte de una dinámica de barrio, de la “Raza”, estableciendo y fortaleciendo lazos comunitarios además de una resistencia cultural que describe la realidad social de nuestra identidad como país, el arte de hacer todo con nada.

Ceniza somos
Aunque lo relevante en el pensamiento posmoderno no son los hechos sino sus interpretaciones, en este caso la interpretación no tiene cabida. El proceso es nítido, claro, directo y, aunque se enmarca en un contexto sociocultural determinado, trasciende las limitaciones y su propósito específico. No se trata de una simple puesta en escena; es un acto tan sutil que explora pasajes sublimes de la naturaleza humana.

Al fin y al cabo, de una forma u otra, todos estamos tatuados.
La propuesta ha sido realizada con una gran variedad de recursos: fotografía, dibujo, video, escultura, instalación, arte objeto y reproducción de herramientas fascinantes. Este es el reflejo del afortunado encuentro de los dos artistas, quienes mezclaron sus motivaciones, potenciaron su creatividad y se retroalimentaron constantemente, dando como resultado un amplio espectro de interpretaciones sobre el tema.
Es aquí donde, si bien el arte no puede restituir la realidad, sí puede contribuir a derribar prejuicios y humanizar las múltiples formas en que nos relacionamos con los demás.




